Además de ser una poderosa herramienta del inbound marketing, cada entrada de tu blog te ofrece una oportunidad de oro para mejorar el SEO. Por supuesto, aprovechar todo su potencial depende de redactarlas y estructurarlas correctamente. ¿Sabías que esos son los temas de los que vamos a hablar aquí?
Los posts o entradas son aquellos contenidos que publicamos periódicamente en un blog. Sus elementos más frecuentes son textos, imágenes y vídeos. A diferencia de las páginas, suelen compartirse en redes sociales, son dinámicas y se organizan mediante categorías y etiquetas.
Estructura de la entrada de un blog
Resulta imprescindible estructurar el texto que integra cada entrada del blog para que el lector no se pierda (y Google tampoco):
- El título (H1): decisivo para atraer al lector, debe ser breve y atractivo, pero sin llegar a caer en el clickbait. Debe contener la palabra clave principal.
- Introducción: su extensión será proporcional al tamaño del artículo. Con ella se pretende ofrecer un contexto al lector y engancharlo para que siga leyendo. Lo ideal es que contenga la palabra clave principal.
- Apartados (H2): son los principales puntos que vas a desarrollar en la entrada del blog. Si su extensión o complejidad lo requiere, puedes dividirlos en subapartados H3, H4, siempre siguiendo la jerarquía lógica. Es interesante que introduzcas algunas keywords en ellos de forma natural, nunca forzada.
- Conclusión: un último párrafo donde se condensan las líneas maestras que se han tratado en el post. Generalmente, se cierra con una llamada a la acción (CTA) para motivar al lector a que haga algo (por ejemplo, suscribirse a la newsletter) y se refuerza la palabra clave principal.
También puedes escribir una entradilla, es decir, un breve párrafo (no más de 50 palabras) encargado de resumir el contenido del post. No siempre es necesaria, pero, dependiendo del diseño de tu página, puede ser útil invitar a los lectores a leer el contenido.
Además del contenido escrito, es habitual (y recomendable) añadir elementos multimedia (por ejemplo, vídeos, podcasts e infografías) para amenizar la lectura (como hacemos nosotros en nuestros posts).
Por último, conviene que incluyas botones para compartir los posts en redes sociales y que no te olvides de crear una metadescripción de entre 140 y 160 caracteres (no palabras) para que los buscadores la muestren en las SERP junto al título de tu post.
Cómo redactar la entrada de un blog correctamente
▶️ Reflexiones sobre el objetivo y el target del artículo
Tu primera tarea a la hora de escribir la entrada de un blog es pararte a pensar qué pretendes conseguir con ella y quién es el destinatario. Naturalmente, no es lo mismo escribir un post transaccional dirigido a señoras de 60 años que redactar un artículo informacional para niños.
▶️ ¿Cuál es la extensión idónea para la entrada de un blog?
La verdad es que han corrido ríos de tinta sobre el número de palabras que debe tener un artículo. En realidad, la idea de que “cuanto más largo sea, mejor” no es del todo exacta. Todo depende del tema a tratar y de cuánto contenido sea necesario para proporcionar una respuesta satisfactoria al lector.
No existe una extensión universal ideal para los posts. Como en todo lo relacionado con SEO, lo mejor es aplicar el sentido común y priorizar el lector al algoritmo, es decir, dale a tus lectores lo que necesitan o están buscando. Las últimas actualizaciones de Google cada vez dan más importancia a los usuarios y su comportamiento dentro de una web.
Cuanto más tiempo pase un usuario en tu web, mayor será la retención de audiencia. Y esto, a su vez, derivará en un mejor posicionamiento, ya que Google interpretará que es contenido de valor para el usuario.
Consejos para escribir y publicar la entrada perfecta en tu blog Share on X▶️ Contenidos humanos, por favor
Redactar la entrada de un blog no se limita a juntar palabras con un barniz de coherencia. Requiere habilidades de investigación, razonamiento y persuasión. Tales aptitudes solo están presentes en el cerebro humano.
▶️ Los enlaces también cuentan
Google no quiere que cada post del blog sea una especie de isla incomunicada. Por ello, es importante añadirle links internos y externos. Eso sí, estos deberán ser introducidos de forma natural y con el fin de aportar valor a los lectores. En el caso particular de los enlaces entrantes, asegúrate de que provengan de páginas con suficiente autoridad y pertenecientes a tu mismo nicho.
▶️ SEO sí, pero natural
Todo blog es de gran ayuda a la hora de posicionar orgánicamente un sitio web. Para eso, tus entradas deben estar optimizadas para SEO, pero sin caer en la sobreoptimización. En caso de duda, recuerda lo que te hemos dicho al inicio de este apartado: Google premia a los contenidos que han sido escritos pensando en las personas (¡y detesta los artículos creados para sus bots!).
▶️ Pon al lector en el punto de mira
¿Cómo decírtelo de forma “suave”? El visitante no tiene todo el día para leer la entrada de tu blog… De hecho, lo más probable es que tenga unas cuantas pestañas abiertas junto a la tuya. Facilítale al máximo la lectura con: párrafos cortos, viñetas, elementos multimedia, enunciados H2 y H3, palabras en negrita, etc.
▶️ Originalidad y artículos de un blog: aliados inseparables
A la entrada de un blog no le queda otra que apostar por la originalidad. Al fin y al cabo, solo el contenido único es capaz de ofrecer valor y utilidad a los lectores. Los plagios y textos “espineados”, por contra, causan una pésima imagen… y cabrean un montón a Google.
▶️ ¡Nunca publiques sin revisar!
Por mucho que sepas cómo redactar un post de un blog, nunca está de más echarle un último vistazo antes de publicarla. Gracias a ello, no solo descartarás posibles errores ortográficos y gramaticales, sino que podrás ponerte en la piel del destinatario.
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